El labrador y sus hijos

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Un labrador anciano, que se sintió morir, deseaba que sus hijos no se ocupasen más que de la 
agricultura; y para inculcarles con eficacia este precepto, les llamó a su lado y les dijo:
-Es llegada, ¡oh hijos míos!, la hora de mi muerte. Buscad en la viña y encontraréis cuanto he 
guardado en toda una vida de trabajo.
Los hijos, creyendo que estaría escondido un tesoro en la viña, comenzaron a cavar en todas 
las direcciones, derramando abundante sudor de sus frentes. Nada obtuvieron, sin embargo, que se 
pareciese a un tesoro; pero como habían removido con tanta diligencia la tierra, aquel año 
apenas les cupieron las uvas en el lagar (Esopo).