Era bueno de verdad

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Dos hermanos acusaron a un joven de haber matado a su padre. El joven fue condenado a 
muerte, pero pidió ausentarse por tres días, para atender a un sobrino pequeño que se le había 
confiado la crianza. 
-"¿Y quién me garantiza su regreso?", preguntó el juez.
-"Yo respondo por él", dijo uno de los presentes. 
Ya iban a ahorcar al garante, cuando apareció el culpable diciendo: "aquí estoy para cumplir 
mi deber". He querido ser fiel a fin de que no se diga: ¡La buena fe ha desaparecido entre los 
mortales!
- El otro añadió que se había ofrecido para que no se dijera": ¡La generosidad ha cesado entre 
las personas!.
- Los dos hermanos perdonaron al asesino para que no se dijera:¡Los humanos han olvidado la virtud 
del perdón! (De Las mil y una noche).