La justicia no se compra

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Un viejo papiro, encontrado en las pirámides, decía que un hombre rico, antes de morir, ordenó que, 
al preparar su momia, le sacaran las entrañas y pusieran en su lugar todo el oro posible. De esa 
manera, pretendía cautivar la benevolencia del dios Osiris y conseguir un buen lugar junto a él.
Cuando compareció ante la divinidad, con su enorme barriga de oro, oyó lo que menos esperaba:
“Aunque tuvieras la barriga de un camello, no traerías oro suficiente para comprar la justicia 
divina que jamás puede venderse. El oro no es la moneda corriente en este lado de la vida”.