Amigo de los pobres

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San Vicente de Paúl poseía una gran cualidad para lograr que la gente rica le diera limosnas para 
los pobres. Reunía a las señoras más adineradas de París y les hablaba con tanta convicción acerca 
de la necesidad de ayudar a quienes estaban en la miseria, que ellas daban cuanto dinero encontraban 
a la mano. 
La reina le dijo un día: 
–– “No me queda más dinero para darle”. 
El santo le respondió: 
–– “¿Y esas joyas que lleva en los dedos y en el cuello y en las orejas?”. 
Ella le regaló también sus joyas, para los pobres.