Parábola de una promesa que da vida

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB


La cara de los discípulos parecía un poema  siempre que les hablaba el Maestro de su marcha al cielo.

No querían quedarse huérfanos y sin  su afecto.

¿No te ocurre a ti algo parecido cuando se marcha un ser querido?

Pero la diferencia es abismal.

                        ¿Por qué abismal?

Por la sencilla razón de que el ser querido ha dejado huellas que, más tarde o más temprano, desaparecen. Pero las del Maestro seguirán vivas con la promesa y venida de su Espíritu.

                        ¿ Cómo es posible que siga vivo después de 2.000 años?

-    No por la simpatía hacia su persona. Ni porque perdure en la mente de muchos su vida y su mensaje nuevo de amor.

-    ¿Por qué entonces?

-    Porque es él mismo el que sigue vivo entre nosotros mediante la actuación continua de su Espíritu  en la Iglesia que él fundó para perpetuar este estilo nuevo de vida.

-    ¿Creéis que sin este Espíritu, que es su fuerza divina, podría el creyente morir por el Maestro?

-    ¿Muere alguien por Napoléon o Nerón o Felipe II? 

¿ Cómo notas en ti la vida del Espíritu de Jesús? 

ORACIÓN DEL DISCÍPULO: Maestro, aunque nos costaba creer en la fuerza de tu Espíritu, he aquí que, tras tu muerte y resurrección, nos lanzamos a la calle sin miedo a nadie. Antes no era así. Maestro, gracias porque vives en nosotros de una forma nueva pero totalmente real. Si no hacemos los creyentes muchas cosas es porque no nos dejamos llevar por  el ímpetu de tu Espíritu. 

PRECES

-    Por la juventud: para que siga los impulsos del Espíritu del Maestro, roguemos al Señor

-    Añade tus intenciones 

Señor, aunque sabemos que tu Espíritu está con nosotros, te echamos de menos. Por eso te decimos: Padrenuestro