Parábola del templo profanado

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

            

   El Maestro iba recorriendo todos los lugares para que los discípulos aprendieran de  toda   circunstancia.

  Se acercó al Templo. Lo vio rodeado de comerciantes. Les daba igual un sitio que otro con tal de hacer negocio.

  El Maestro se enfureció ante todo el mundo. Tiró las mesas de los comerciantes y todo el tinglado de su “ mercadillo”.

     -¿Por qué tratas así a esta gente?, le  preguntó un  discípulo.

 

Muy sencillo. La iglesia es casa de oración. Los fariseos, para colmo de su irritación, vieron que curaba a ciegos y cojos. Montaron en cólera.

¡En, amigos! No hago daño a nadie. Vosotros, los levitas y sacerdotes del Templo, ¿ permitís estas cosas? ¿ No os da vergüenza?

Mi casa es para alabar a Dios, no para negocios. ¡Estúpidos! Todo os da lo mismo con tal de ganar dinero.

- Maestro,¿ qué sucederá en el futuro?

- Exactamente igual. Unos irán a los templos para orar con devoción, otros para cumplir conmigo y otros para que la gente los vea.

- ¿Sabéis qué os digo? Los abomino. Mi reino es obra del  corazón y no de meras apariencias. Irán ricos bien vestidos, mujeres luciendo su último modelito, jóvenes para charlar y pasar ante los padres, que han cumplido con el Señor y no han pecado.

¡Falsos! Si van a la iglesia por eso, que no vayan. Me revienta la apariencia.

Hay gente que cumple externamente conmigo, pero su corazón está pensando en la comida, en el bar y en la reunión con los amigos. Que no vayan. Salen lo mismo que han entrado.

-  ¿ Tiene actualidad la parábola del templo convertido en “mercadillo”?

ORACIÓN DEL DISCÍPULO:  Señor, te hemos visto airado. Tienes coraje para enfrentarte a la chusma. Mira, tú sabes mejor que nosotros, que el mundo del año 2.000 seguirá igual. Habrá gente que vaya a tu iglesia, esté ausente en  espíritu, no participe de tu Eucaristía. Pero dicen con orgullo: Voy a misa todos los  domingos.¿ Se les nota mejoramiento en sus vidas? – No, nada. Es una simple rutina.  Pues bien, Maestro,- según te vamos entendiendo – o  el encuentro contigo los cambia, o si no la misa no les sirve de nada. Contigo vale amar. Nada  el cumplir.

PRECES

- A tu voluntad

Señor, consciente de tu valor, te digo: Padrenuestro