Parábola del manto tocado por una mujer

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

      

Los discípulos estaban aturdidos. El Maestro no paraba de hacer curaciones. El gentío que le seguía era inmenso. A veces no se podía ni dar un paso. Todos a una querían que curase sus enfermedades

-¿ Cuál os llamado más  la atención?, les preguntó el Maestro.

-    Todas. ¡Eres admirable, Maestro!

-    Decidme una.

- Entonces recordaron a una mujer que llevaba sangrando doce años.

-¿Por qué os llamado la atención?

-    Pues porque la pobrecilla no podía llegar  hasta ti. Se acercó todo lo que pudo.

-   ¿Qué hizo? Yo la vi, Maestro. Te tocó el manto.

¿Y sabéis lo que pasó? Salió curada de sus  hemorragias.

-   ¿Sabéis por qué me di cuenta?

-   Porque noté que de mi salió una fuerza especial.

Y alabé la fe de aquella mujer.

 

-¿ Notas en ti la fuerza de Dios?

 

ORACIÓN DEL DISCÍPULO: Maestro, no sabemos ya  si te entendemos o no. Hoy, desde luego, nos has enseñado a nosotros, tus seguidores, que lo fundamental es tener fe en ti. Cuando la tengamos en plenitud, haremos lo que tú haces.¡ Qué idiota es el hombre que, teniendo junto a sí al Maestro, no se aprovecha de la fuerza y del ímpetu espiritual de su persona divina. Se apega a cuatro tontadas y las concierte en el eje fundamental de su vida, olvidando al Maestro.¡ Somos necios e inconscientes!

 

PRECES

 

-    Por la juventud: para que una su energía física a la del Maestro y transforme el mundo, roguemos al Señor

-    Añade tus intenciones

 

Señor, alegre por lo que haces con nosotros, te decimos: Padrenuestro