Parábola de la llamada
Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB
Maestro, desde hace unos días me siento incómodo con muchas preguntas de tu Evangelio. No te creas que son fáciles de entender para personas del siglo XXI. Están habituados a otro tipo de lecturas y de reflexiones budhistas o sintoístas. Hoy, por ejemplo, en la reunión de formación de catequistas, que me ayudan en la evangelización, algunos me han preguntado sobre la llamada a su puerta.
- Discípulo amado,¿ qué les has contestado?
- Me imagino que lo habrás hecho bien.
- Está muy claro en el Apocalipsis de Juan.
- Allí dice el Maestro: "Mira que estoy a la puerta llamando. Si uno escucha mi llamada y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo".
- ¿Qué te parece esta parábola?
- Muy clara. Tú, Maestro, no haces discriminaciones con nadie. Estás siempre llamando a la puerta de cada uno para que entre en tu mundo nuevo evangélico.
- Apenas alguien abre la puerta, le ofreces lo que eres y lo que tienes: una cena y una felicidad que nadie puede comprar con oro. Se compra simplemente por creer en ti.
- Di a la gente que el Maestro no cesa de llamar. Pero que no tengan cerraduras tan duras. Yo no le robo a nadie.
¿ Estás atento a la llamada de Dios?
ORACIÓN DEL DISCIPULO: Maestro, quiero darte la enhorabuena. Hoy me han entendido lo que significa tu llamada. Nunca cierras a nadie tu puerta y, al mismo tiempo, pides que los demás tengamos nuestra puerta abierta a tu llamada en cualquier momento del día o de la noche. Haz, Maestro, que los discípulos la tengamos abierta siempre para recibir la ayuda y las luces que necesitamos.
PRECES
- Por la juventud: para que tenga un corazón abierto a Dios, roguemos al Señor
- Añade tus intenciones
Señor. atentos a tus llamadas continuas, te decimos: Padrenuestro